La historia de ésta receta comienza con un viaje, una escapada de fin de semana que hicimos a un precioso pueblo Segoviano que se encuentra al pie de la Sierra de Guadarrama, llamado Navafría. Por el pueblo discurre el río Cega que cuenta con un bello pinar alrededor de la cascada de "el Chorro". El río tiene una zona acotada, convertida en piscina, en la que es un placer bañarse en sus frías aguas que revitalizan cuerpo y mente. Y de ahí le viene el nombre al Hotel&Spa en el que nos alojamos, "Manantial del Chorro", en el que nos ofrecieron un trato familiar, muy agradable y cercano, que nos encantó. La cocina corre a cargo de Juan, muy buen cocinero y mejor persona, que nos encandiló con sus buenas recetas, siendo unos de los postres un riquísimo trigo con leche. Fue probarlo y pensar, en cuanto llegue a casa lo tengo que preparar. Dicho y hecho, compramos una caja de trigo tierno y aquí os dejo mi forma de prepararlo.
Necesitaremos:
- 500 ml de leche.
- 80 grs de trigo tierno.
- Piel de 1/2 limón, 1 rama de canela y 3 semillas de cardamomo.
- Canela en polvo.
- 100 ml de nata para cocinar o de leche evaporada.
Lo primero que haremos es poner el trigo a remojo, en abundante agua fría, durante una hora para que se ablande y se abra el grano.
Mientras ponemos la leche en un cazo junto a la piel del limón, la rama de canela y las semillas de cardamomo (que habremos abierto un poco con la uña). Cuando comience a hervir lo dejamos a fuego suave 5 min. Cuando termine lo dejaremos tapado para que infusione un mínimo de 1/2 hora (cuanto más lo dejemos más sabor tendrá la leche).
Pasada la hora de remojo del trigo, lo escurrimos bien y podremos observar cómo el trigo ha crecido y se ha hinchado, además de estar blandito.
Colamos la leche para retirar cualquier resto de la infusión y la volvemos a poner al fuego. Cuando comience a hervir añadimos el trigo escurrido y lo dejamos cocer a fuego medio. Pasados los primeros 5 min añadimos el azúcar y lo removemos para que se mezcle bien, volviéndolo a dejar cocer otros 5 min. Cuando el trigo esté en su punto apagamos el fuego y lo ponemos en un bol o fuente para que repose y se enfríe. Y para rematar lo podemos mezclar con la nata o la leche evaporada (menos calorías) para darle un punto aún más cremoso. A mí, personalmente, me encanta.
Si nos apetece lo podemos servir espolvoreado de canela molida, y ya solo queda disfrutar de éste exquisito plato con un sabor que, a buen seguro, no os dejará indiferentes y podremos aprovechar las innumerables propiedades que nos brinda este delicioso cereal.
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