jueves, 24 de septiembre de 2015

Salmón a la naranja

 Vamos a aprovechar todas las propiedades del salmón en una receta que, además de ser muy sana, es super sencilla de hacer y con un resultado exquisito. Además con esta receta participo en el Reto de Septiembre 2015 de CdM en el apartado salado.
 Para este plato usaremos los lomos del salmón sin espinas. En una sartén vamos a marcarlos con unas gotitas de aceite (vuelta y vuelta para que tomen un poco de color). A continuación los ponemos, con cuidado que no se rompan, en la fuente del horno cubierta con papel sulfurado.


 En la misma sartén vamos a pochar una cebolla picada en juliana (tiras finitas), con 3-4 cucharadas de aceite, a fuego medio para que vaya soltando todo su sabor. Cuando veamos que la cebolla está transparente le añadimos una cucharadita de mostaza de Dijón, un yogur natural, una cucharadita de eneldo picado y 100 ml de leche evaporad (o nata si no hay problema con la dieta). Lo dejamos reducir 5 minutos a fuego medio.


 A continuación le añadimos el zumo de 1 naranja, lo removemos bien y lo seguimos dejando reducir otros 5 minutos, para que se mezclen los sabores. Cuando la salsa haya espesado vamos a cubrir el salmón con la salsa y lo horneamos durante 5 minutos a 175ºC.


 Lo vamos a servir espolvoreado con un poco de ralladura de la piel de la naranja y unas ramitas de cilantro y a disfrutar de este delicioso y sano plato de salmón.






 Espero que os guste y disfrutéis de esta deliciosa receta que, os aseguro, os encantará.

martes, 22 de septiembre de 2015

Flaugnarde de ciruelas

 Para el Reto "Color y Sabor de Temporada" del mes de Septiembre, nuestra amiga Pilar Monge nos propuso como ingredientes el ajo y la ciruela. -Y como todo el mundo sabe que lo que más me gusta es la repostería, quería un postre delicioso, usando la ciruela, pero que fuera muy sencillo de hacer. Así que me he decantado por un flaugnarde de ciruelas.

Reto Color y Sabor de Temporada

 El flaugnarde, también conocido como flagnarde, flognarde o flougnarde, es un postre típico francés que procede de la región francesa de Lemosín.  Similar a un clafoutis, que se elabora con cerezas negras, el flaugnarde se elabora con diferentes frutas: manzanas, melocotones, peras, ciruelas, pasas e incluso arándanos. Se puede servir, espolvoreado de azúcar glas, tanto frío como caliente.
 En alguna ocasión el flaugnarde se define como clafoutis de invierno, ya que en ésta estación no hay cerezas. Se trata de una forma muy sencilla, y dulce, de consumir fruta de temporada.
 En esta ocasión lo he preparado en moldes individuales, pero se puede hacer, igual, en un molde redondo grande. Con las cantidades que os pongo salen 5 moldes de 12 cm de diámetro y 2 cm de alto, que sería la misma cantidad para un molde 22 cm de diámetro. Si queréis hacer más cantidad, solo tenéis que doblar las cantidades.
 Necesitaremos:
 - 3 ciruelas (250-300 grs).
 - 2 huevos.
 - 50 grs de harina de repostería.
 - 75 grs de azúcar.
 - 125 ml de nata para montar (35% materia grasa).
 - 25 ml de leche.
 - 25 grs de mantequilla (1 cucharada sopera).
 - 1/2 cucharadita de esencia de vainilla. 


 - Vamos a batir los huevos con el azúcar hasta que haya doblado el volumen y tengamos una mezcla muy esponjosa.
 - Entonces podemos añadir la esencia de vainilla, la nata y la leche, y seguimos batiendo para que la mezcla continúe estando esponjosa. 
- Ahora añadimos la mantequilla, que previamente habremos derretido en el microondas, y  batimos para que se integre.
- Es el momento de añadir la harina, que previamente tamizada, poco a poco. Añadimos una cucharada, y hasta que no se haya integrado, no añadiremos la siguiente; batimos hasta que se haya incorporado del todo y ,a continuación, vamos a dejar que la masa repose en el frigo entre 30 y 60 minutos.





 - Mientras reposa la masa, vamos a preparar las ciruelas. Las lavamos, secamos y las cortamos por la mitad para poder retirar el hueso. En mi caso, al usar moldes individuales pequeños, las corté en rodajas, sino las usamos en mitades. Siempre con la piel.        





 - Una vez haya reposado la masa, vamos a preparar el molde. Después de enmantecarlo (untarlo con mantequilla para que no se pegue la masa al hornearla), vamos a poner un poco de la masa en el fondo. El procedimiento será el mismo, independientemente de que usemos la ciruela en mitades o rodajas. Después de poner la masa en el fondo, vamos a colocar la ciruela repartida por encima de la masa.

           
- Una vez tengamos colocada la ciruela, cubrimos el molde con el resto de la masa.


 - Y ya solo nos queda hornearlo a 170ºC durante 30-45 min. Los mios al ser moldes pequeños estaban hechos en 30 min, pero un molde grande puede necesitar más tiempo. Lo que haremos es pincharlo a los 30 minutos para ver como va, si sale limpio ya estaría, si no lo dejaríamos más tiempo.


 Los desmoldamos y espolvoreamos con azúcar glas, se pueden comer fríos o calientes, e incluso acompañarlos de una bola de helado de nuestro sabor favorito.

 










viernes, 7 de agosto de 2015

Trigo tierno con leche

 Como puede cambiar la percepción de un plato con sólo cambiar un ingrediente o una palabra de su nombre. Al oír "arroz con leche" nos hacemos una imagen de este delicioso postre, pero si oímos "trigo con leche" nos paramos a pensar que tipo de plato puede ser. Pues resulta que los dos tienen la misma base, solo cambia lo obvio, el ingrediente principal. Y no sabría decirte cual me gusta más después de haber probado los dos.


 La historia de ésta receta comienza con un viaje, una escapada de fin de semana que hicimos a un precioso pueblo Segoviano que se encuentra al pie de la Sierra de Guadarrama, llamado Navafría. Por el pueblo discurre el río Cega que cuenta con un bello pinar alrededor de la cascada de "el Chorro". El río tiene una zona acotada, convertida en piscina, en la que es un placer bañarse en sus frías aguas que revitalizan cuerpo y mente. Y de ahí le viene el nombre al Hotel&Spa en el que nos alojamos, "Manantial del Chorro", en el que nos ofrecieron un trato familiar, muy agradable y cercano, que nos encantó. La cocina corre a cargo de Juan, muy buen cocinero y mejor persona, que nos encandiló con sus buenas recetas, siendo unos de los postres un riquísimo trigo con leche. Fue probarlo y pensar, en cuanto llegue a casa lo tengo que preparar. Dicho y hecho, compramos una caja de trigo tierno y aquí os dejo mi forma de prepararlo.






 Necesitaremos:
 - 500 ml de leche.
 - 80 grs de trigo tierno.
 - Azúcar al gusto (yo puse 4 cucharadas soperas).
 - Piel de 1/2 limón, 1 rama de canela y 3 semillas de cardamomo.
 - Canela en polvo.
 - 100 ml de nata para cocinar o de leche evaporada.
 Lo primero que haremos es poner el trigo a remojo, en abundante agua fría, durante una hora para que se ablande y se abra el grano.


   Mientras ponemos la leche en un cazo junto a la piel del limón, la rama de canela y las semillas de cardamomo (que habremos abierto un poco con la uña). Cuando comience a hervir lo dejamos a fuego suave 5 min. Cuando termine lo dejaremos tapado para que infusione un mínimo de 1/2 hora (cuanto más lo dejemos más sabor tendrá la leche).
  Pasada la hora de remojo del trigo, lo escurrimos bien y podremos observar cómo el trigo ha crecido y se ha hinchado, además de estar blandito.


 Colamos la leche para retirar cualquier resto de la infusión y la volvemos a poner al fuego. Cuando comience a hervir añadimos el trigo escurrido y lo dejamos cocer a fuego medio. Pasados los primeros 5 min añadimos el azúcar y lo removemos para que se mezcle bien, volviéndolo a dejar cocer otros 5 min. Cuando el trigo esté en su punto apagamos el fuego y lo ponemos en un bol o fuente para que repose y se enfríe. Y para rematar lo podemos mezclar con la nata o la leche evaporada (menos calorías) para darle un punto aún más cremoso. A mí, personalmente, me encanta.





 Si nos apetece lo podemos servir espolvoreado de canela molida, y ya solo queda disfrutar de éste exquisito plato con un sabor que, a buen seguro, no os dejará indiferentes y podremos aprovechar las innumerables propiedades que nos brinda este delicioso cereal.






domingo, 2 de agosto de 2015

Tarta de compota de manzana y soufflé de arroz con leche

Muchas veces tenemos fruta en casa que no comemos y se acaba pasando y, más, ahora en verano con las altas temperaturas. Una buena forma de aprovecharla es haciendo una confitura, mermelada ó compota. La diferencia entre cada una radica en la proporción entre el azúcar y la fruta. De esta manera le podemos dar diferentes usos en casa, sin tener que tirarla. Para desayunar, merendar o para hacer diferentes postres. Como os digo, una manera muy sencilla de aprovechar la fruta. Y ahí es donde comienza esta tarta. Tenía unas cuantas manzanas que se iban a hechar a perder.
 En un principio me planteé hacer una tarta de manzana, pero a estas alturas ya llevo muchas hechas y de diferentes maneras. Así que decidí darle una vuelta de tuerca y hacer algo completamente diferente. Y vaya si mereció la pena, el resultado es una tarta con mucho sabor, sin ser muy dulce y nada pesada de comer.
 En este caso usé una plancha de hojaldre ya preparado, pero se puede usar de igual manera la masa quebrada. Si queréis hacerla, aquí tenéis la receta, si no, la podéis comprar también hecha.
 Necesitaremos:
 - 1 lámina de hojaldre.
 Para la compota:
 - 1 kg de manzana.
 - 100 grs de azúcar.
 - 4 cucharadas soperas de agua.
 - 1 palo de canela.
 - 1 cucharadita de postre de esencia de vainilla.
 - 1 cucharada sopera de licor de vainilla (puede ser coñac).
 - Zumo de 1 limón (la piel la aprovechamos para el arroz con leche)
 Para el soufflé:
 - 100 grs de arroz.
 - 500 ml de leche.
 - 100 ml de nata para cocinar.
 - 80 grs de azúcar.
 - 1 palo de canela y la piel de 1 limón.
 - 4 semillas de cardamomo.
 - 2 huevos.
 - 1 sobre  de azúcar vainillado.
  Vamos a empezar haciendo la compota. Pelamos las manzanas, les quitamos las semillas y las cortamos en dados. En una cacerola ponemos las manzanas, las rociamos con el zumo del limón y le añadimos el azúcar, el palo de canela, el agua y la esencia de vainilla.





 

viernes, 17 de julio de 2015

Delicias hojaldradas de crema de frambuesa bicolor y compota de manzana caramelizada

Parece que es un título un poco largo para un postre que se come de un bocado, pero vereis que es muy fácil de hacer y que es una explosión de sabores en la boca.
 Tenía en el congelador una bolsa de frambuesas que había comprado en Lidl, y en casa me pidieron un postre que las llevaran; así que abrí la nevera, vi lo que tenía y me lié la manta a la cabeza. Es un postre improvisado, con lo que tienes a mano, pero no por eso deja de ser una gran alternativa, un postre perfecto para una gran comida con un buenos amigos. Seguro que acertáis con la mezcla del toque ácido que aporta la crema de frambuesa en sus 2 variedades y el toque dulzón de la manzana caramelizada, todo sobre el crujiente hojaldre. Se me hace la boca agua. Con esta receta participo en el Reto de Septiembre 2015 de CdM en el apartado Dulce.
 Necesitaremos:
 - 1 plancha de hojaldre (en este caso del Lidl).
 - 200 grs de frambuesas descongeladas.
 - 2 tarrinas de queso mascarpone.
 - 100 ml de nata montada.
 - Azúcar al gusto.
 - 100 grs de chocolate fondant.
 - 3 cucharadas de pepitas de chocolate.
 - Azúcar glas.
 Para la manzana caramelizada:
 - 1 manzana cortada en daditos.
 - 4 cucharadas de mantequilla.
 - 4 cucharadas de azúcar moreno.
 - 4 cucharadas de nata para montar.


 Lo primero que haremos es hacer las dos cremas de frambuesa porque tienen que reposar un mínimo de 4 horas en el frigo. Pasamos las frambuesas por la batidora y a continuación las colamos para retirar todas las pepitas, así obtendremos un puré de frambuesas.
 Vamos a derretir el chocolate fondant al baño maría, a fuego suave.


 Mientras preparamos 2 boles; ponemos una tarrina de queso en cada bol, y repartimos el puré de frambuesa entre ambos boles. Añadimos azúcar al gusto en cada uno, yo puse 6 cucharadas para no quitar el toque ácido. Cuando el chocolate se haya derretido, lo retiramos del fuego y lo dejamos reposar un par de minutos para que pierda algo de calor, lo añadimos a uno de los boles y mezclamos muy bien con las varillas, y en el otro bol añadimos las pepitas y la nata montada removiendo también con las varillas.