La magdalena o madalena ( en francés:madeleine ) es un pequeño bollo tradicional de la región de Lorena, en Francia, que se ha extendido por toda Francia, España, y por con consecuencia, Iberoamérica. Las magdalenas tienen la forma de una pequeña concha, que se obtiene cociéndolas al horno en una placa metálica que tiene hoyos con dicha forma. Hoy en día se suelen hacer en pequeños moldes de papel rizado. Tienen un gusto similar al bizcocho aromatizado con limón.
La receta lleva los mismos ingredientes que el bizcocho mencionado, pero en distintas proporciones: huevos, azúcar, mantequilla, harina de trigo, levadura y aroma de limón obtenido generalmente de la cáscara. En la receta tradicional francesa, se baten las claras de huevo a punto de nieve para dar más ligereza a la masa.
No deben confundirse con los muffins ni con los cupcakes. En Latinoamérica se conocen como panquecitos, magdalenas y queques.
Quizás las magdalenas sean más conocidas fuera de Francia por su presencia en la novela de Marcel Proust, En busca del tiempo perdido ("Por el camino de Swann"), en que el narrador recobra la memoria de su infancia después de oler y comer una magdalena mojada en té.
Sin embargo, Proust se refería a la variedad concreta de Commercy, en Lorena, a la que llamaba "petite madeleine", que no se deshace al mojarse.
De acuerdo a una versión, la magdalena de Commercy debe su nombre a una joven criada llamada Madeleine Paulmier, que en 1755 elaboró estos pastelitos para el rey de Polonia Stanislas Leszczynsky, que tenía allí un palacio. esta tradición es todavía muy popular hoy en día.
Otras fuentes remontan a la época de los peregrinajes a Santiago de Compostela. Una joven llamada Magdalena les servía a los peregrinos unos pastelitos en forma de concha, símbolo de este peregrinaje. Las "magdalenas" se extendieron a lo largo de los caminos de Santiago, lo que explica su tradicional implantación en España.
La receta que os presento hoy la he ido mejorando a lo largo del tiempo, combinando ingredientes y cantidades hasta dar con una receta ideal, las magdalenas quedan muy jugosas y aguantan hasta una semana sin ponerse duras, todo un logro hablando de que son caseras, y no se deshacen al mojarlas.
Las vamos a hacer normales y de chocolate con la misma masa, así haremos dos tipos diferentes a la vez, y además, las blancas irán rellenas de chocolate. Delicioso, no?.
En esta receta se usará muchas veces la palabra esponjosa, pero es que si una magdalena no es esponjosa, no es una magdalena, no?.
Los ingredientes para hacer las magdalenas serán:
- 6 huevos.
- 250 grs. de azúcar (en esta ocasión usé la mitad de azúcar blanca y la otra de azúcar moreno, para probar, y salieron deliciosas).
- 400 grs. de harina.
- 150 ml. de aceite.
- 150 ml. de leche templada.
- 150 grs. de mantequilla.
- 1 cucharada de levadura.
- Pepitas de chocolate.
- 4 cucharadas de cacao en polvo.
- Ralladura de 1 limón.
- Esencia de vainilla (opcional, también se puede usar esencia de limón).
Antes de empezar vamos a precalentar el horno a 225ºC, y tamizamos, como siempre, la harina con la levadura.
Batimos los huevos con el azúcar durante 10 minutos, para que blanquee y doble o triplique su tamaño, esto hará que las magdalenas queden muy esponjosas. También podéis separar las claras y luego añadirlas montadas a punto de nieve, pero si se blanquean muy bien los huevos con el azúcar, no es necesario.
Como veis, la masa ha subido un montón y está super esponjosa. Ahora añadiremos la mantequilla en pomada, si está fría la podéis poner unos segundos en el microondas, y el aceite, y seguimos batiendo.
Podéis comprobar que al blanquear los huevos muy bien al principio, la masa sigue muy esponjosa. Cuando comprobemos que la masa ha emulsionado con la mantequilla y el aceite, añadimos la leche templada, y una cucharada de esencia de vainilla(opcional), sin dejar de batir.
Ahora, por último, iremos añadiendo la harina, poco a poco, con una cuchara. Dejaremos que se incorpore una cucharada antes de añadir la siguiente. Así nos aseguramos que la masa no se caerá y seguirá esponjosa. Si añadimos toda la harina de golpe, la masa se caerá por el peso.
Una vez terminemos de añadir toda la harina la masa sigue muy esponjosa, que es lo que nos interesa, y así saldrán las magdalenas muy suaves y blanditas, super esponjosas y muy jugosas, y subirán muy bien en el horno, lo que les dará una forma muy bonita con un copete alto.
Vamos a separar la mitad de la masa para hacer las magdalenas blancas, y a la otra mitad, que dejamos en la batidora, le añadimos el cacao en polvo y volvemos a batir, así tenemos preparada la masa para las magdalenas de chocolate.
Para preparar las magdalenas blancas pondremos un poco de masa en los moldes, lo justo para cubrir el fondo, y encima unas pepitas de chocolate, que se derretirán en el horno, y hará que queden más jugosas y con un toque a chocolate muy agradable, si os apetece así. También les podéis poner una cucharadita de dulce de leche, mermelada, chocolate blanco, frutos secos, en fín, lo que más os guste.
Una vez tengamos las pepitas de chocolate, terminaremos de rellenar el molde hasta dos tercios de su capacidad, y les pondremos un poco de azúcar en la superficie de cada magdalena. Hay que dejarles espacio para que crezcan y hagan el copete tan característico. Si lo llenamos hasta arriba, la masa se saldrá y quedarán horribles.
Una vez las tengamos preparadas las horneamos durante 10-15 minutos. Como cada horno es un mundo, a los 10 minutos las pinchamos, y si el palillo sale limpio las sacamos, si no las dejamos 5 minutos más. Mientras observamos como van creciendo en el horno.
Y una vez tengamos todas las magdalenas terminadas, hacemos las de chocolate de la misma manera, y si queréis también le podéis añadir las pepitas de chocolate, o lo que más os apetezca.
Con las cantidades que os he puesto salen 26 magdalenas, y os aseguro que después de unos cuantos días seguirán igual de esponjosas y jugosas que el primer día. Además, si las guardáis en una lata se conservarán mejor, y durarán más tiempo. Y que mejor desayuno y más natural que hacerlo un@ mism@ en casa, con la certeza de que todos los ingredientes son naturales, y os aseguro que a los niños les encantarán.
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