Hoy vamos a hacer unos simpáticos rollitos de canela con hojaldre.
Seguro que todos hemos ido, por lo menos, una vez al Ikea. En la tienda de alimentos tienen muchas cosas curiosas a las que no estamos acostumbrados en nuestro país (menos mi amigo David). Y una de las cosas que más nos llama la atención son unas bolsas con dulces típicos, los rollitos de canela que están delicioso. Desde aquí os presento mi interpretación de esos rollitos. Hay varias formas de hacerlos, hoy os pongo una, y el próximo día os pongo la otra.
La diferencia está en la masa, como decían en no se qué anuncio. Las de hoy las haré con hojaldre, las del próximo día con......tendréis que verlo en el blog. Que malo soy jejejeje.
Pues como os había dicho necesitaremos una plancha de hojaldre, que estiraremos en la mesa de trabajo o en el mostrador de la cocina.
Sacaremos la plancha de la nevera unos 10 minutos antes de usarla, para que pierda frío y se maneje mejor.
Una vez tengamos la plancha estirada, la vamos a "pintar" con mantequilla de una forma generosa. Para ello, la mantequilla tiene que estar a temperatura ambiente. Si no tenemos la brocha especial para untar, cogemos un trozo de mantequilla con la mano y frotamos la plancha con ella, como si la acariciamos.
Una vez "untada", la vamos a cubrir de azúcar. Yo, personalmente, prefiero azúcar moreno, pero si no os gusta, usar la blanquilla sin problemas, eso si, hay que ser generosos como con la mantequilla. y después lo espolvoreamos todo con muchísimaaa canela.
Ahora toca enrollar el hojaldre, para empezar, levantaremos el papel y haremos el primer doblez.
Retiramos el papel, y repetimos la operación, con la parte del papel que está más cerca del hojaldre, y así sucesivamente, hasta enrollarlo del todo.
Una vez está terminado, lo cortaremos en trozos de un centímetro aproximadamente, y los iremos colocando en la bandeja del horno, que ya tendrá su papel de hornear colocado. Sabéis que siempre os lo recuerdo, así la preservamos siempre en buenas condiciones.
Una vez colocados todos los trozos, viene el toque maestro. Untamos la superficie con mermelada de melocotón, al hornearse carameliza la superficie, y quedan de gloria.
Esta vez para variar, unas las unté con sirope de arce y otras con mermelada de fresa. Pero eso lo dejo a vuestro gusto y elección.
Al colocarlos en el horno, dejar espacio suficiente entre cada uno, porque crecen al hornearse. Hornearemos los rollitos 12 minutos a 180ºC. Como siempre os digo, no lo dejéis más tiempo, al enfriarse, el hojaldre endurece, y si se hornea de más, quedará como una piedra.
Imágenes del horno durante la cocción, veis como van creciendo y caramelizando.
Cuando terminen de hornearse, los dejamos enfriar en el papel, y luego los podemos retirar a una bandeja.
El resultado es una delicia crujiente con un sabor que te vuelve loco. La próxima será con la otra masa, pero esa es otra historia. Primero tenéis que hacer ésta receta y contarme que os parece.
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